martes, 5 de febrero de 2013

Capitulo 34


Los días pasaban y la relación se recomponía… 
Si bien Coki no le daba una segunda oportunidad como pareja, pareciera que lo fueran. 
Hablaban por teléfono muy seguido… necesitaban saber del otro. Más allá de toda discusión o de toda ruptura como pareja, se adoraban tanto como para perder esa relación, como para perder contacto. Marcelo la quería demasiado, la admiraba tanto, y confiaba plenamente en ella que no podía perderla. 
Seguían separados en cuanto al término “pareja” pero seguían muy juntos a la vez. Parecían dos amigos. Hablaban seguido. Y de vez en cuando tocaban el tema, lo cual ponía incomoda a Coki, quien no quería rendirse tan fácil. Quería que esa vez fuera él quien se esmerara por la relación. 
Coki se hacia la difícil, pero sabía bien lo que quería… quería que él pensara, que tuviera tiempo para pensar en ellos. Que supiera bien lo que quería. Que pensara que era lo que quería. 
Todavía no perdía las esperanzas. Sabía que él la quería. Pero quería asegurarse de que él lo supiera también. Sabía que podía enamorarlo de verdad. 

Era domingo por la noche y coki estaba con el amor de su vida, su sobrinito. Jugaba con él y su perrita. Estaba feliz. Estaba con su familia, en su provincia, en su casa. No necesitaba nada más. Tenía el amor de su familia y de sus fans, que era lo que la hacía fuerte y la ayudaba a seguir adelante y a no pensar lo otro. Solo le faltaba el amor de un hombre. De ese hombre que ella quería. 
A la noche, coki estaba en su habitación de Córdoba, acostada con su sobrinito, facundo, mirando una película. 
Facu: tía… 
Cr: que mi amor? 
Facu: estas enojada con él? 
Coki sintió algo extraño en el cuerpo. Era su sobrino quien le preguntaba por él… 


Cr: si… un poco. 
Facu: y ya no lo vamos a ver más? 
El escalofrío que sintió coki fue grande. Pensar en el sólo hecho de que eso pudiera suceder le daba miedo. Sabía que mas allá de todo, no quería perderlo. 
Cr: no sé mi amor… la tía se enojó porque pasaron cosas feas… pero el tiempo lo dirá… 


Facu, quien jugaba con sus manitos junto con las de coki, comenzaba a cerrar los ojitos.. se estaba durmiendo… y sin mirarla dijo 
Facu: yo lo quería… 


Y se acurrucó en los brazos de Coki cerrando los ojos ya. 
Coki sintió la pureza de esas palabras, de ese niño que ella tanto amaba. 
Cr: yo también… 


Fue lo único que dijo coki. Le causaba un dolor inmenso haber escuchado eso de un niño de 5 años. Sabía que no todos apoyaban esa relación, pero que su sobrino lo hiciera era demasiado para ella. Abrazó a Facundito para acurrucarlo con sus brazos y sostenerlo junto a ella. Y así, cerró los ojos ella también para quedarse dormida unos segundos más tarde. 


Al día siguiente, coki se encontraba desayunando en su casa junto a su hermana. 
cr: facu me pregunto por él… 


mafi: qué?... 
cr: me pregunto si no lo vería mas… 
mafi: emmm… coki, vos tenes que hacer lo que vos sientas. Sé lo que te debe haber dolido.. 
en ese momento entró su madre, y prefirieron callar. Coki no quería hablar mucho sobre el tema. No quería que Marcelo siguiera sumando puntos en contra… 
Estuvieron conversando unos minutos las hermanas junto con su madre, hasta que a coki le sonó el celular. Cuando vio quien la llamaba se levantó de golpe. La adrenalina corría por sus venas. 
Cr: hola. 
Mt: hola coki! Como estas? 
Cr: bien muy bien! Y vos? Como estas? Que tal el partido? 
Coki trataba de sonar natural. Como siempre. Quería hablar con él como lo hacia todos los días, pero esa vez no podía. El haber pensado en él la noche anterior y más después de esa charla con su sobrinito, hacia que le costara… que no le salieran las palabras… 


Mt: bien, estuvo bárbaro. Ganamos 3 a 2. No sabes! Me lastime 2 dedos… 
Cr: qué? C cómo? Estas bien? 
Mt: ja, si si ahora estoy mejor… pero tengo los dedos vendados. Una bronca. 
Así, hablaron durante unos minutos… 
Marcelo necesitaba preguntarle algo. Pero no encontraba las palabras. 
Mt: coki, cantas acá… en Punta? 
Cr: si! Estoy súper contenta! No lo puedo creer! 
Mt: me alegro amor… 


Ambos se dieron cuenta de lo que Marcelo acababa de decir. Su inconsciente le había jugado una mala pasada. Sintieron algo dentro del corazón y también el silencio de ambos provocado por esa palabra. 
Mt: coki… quiero que vengas… conmigo… a casa… 


Marcelo estaba invitando a coki a ir a su chacra, que se quedara allí durante su estadía en Punta del Este. 
Cr: Marcelo… 
Coki moría por decirle que sí. Pero sabía lo que significaría eso. 
Cr: NO. 
Marcelo quedo mudo. Quería creer que había escuchado mal. No esperaba esa respuesta. No la deseaba. 
Cr: no, no voy a ir ahí. 
Mt: porque? 
Cr: porque no… 


Coki no quería hablar, no quería decirle lo que realmente pensaba. No quería hablar de mas. 
Mt: que pasa? Coki…es una oportunidad para nosotros, para que hablemos, para arreglar… 
Cr: NO, 
Interrumpió Coki. 
Cr: que queres que te diga? No voy a ir a tu chacra. Realmente pensas que quiero ir al lugar donde estuviste con otra? Por donde paso tu colección de mujeres?. No quiero ser una más en tu lista. 
Marcelo quedo shockeado. No esperaba que coki le dijera eso. Pero sabía que era lo que ella realmente pensaba. Se sintió mal por ello. 
Mt: nunca fuiste ni vas a ser una más. Sos la mujer que quiero, que amo, y quiero a mi lado. Ya no se cómo decírtelo… 


Marcelo siguió declarándole sus sentimientos y explicándole lo importante que era ella para él. 
Coki miró por la ventana que daba al patio y vio a su sobrino jugando con la perra. Recordó lo de la noche anterior. A su sobrino preguntándole por Marcelo. Diciéndole que lo quería. Preguntándole si lo volverían a ver. Y se olvido de toda discusión. Ella, era la que más ganas de verlo tenia. Tenía que admitirlo. Más allá de su enojo, y de sus pensamientos, lo amaba. 
Ver a su sobrino y pensar en ello hizo que se calmara y que escuchara a Marcelo. 
Mt: está bien. No queres venir acá. Lo entiendo. Pero necesito verte. Tenerte tan cerca y no verte me va a matar. Dame la oportunidad de juntarnos y hablar personalmente coki. Por favor. 
Cr: está bien… 


Marcelo se calmó. Había escuchado lo que quería escuchar. Con eso le bastaba. Se conformaba con sólo verla si no podía tenerla. 
Mt: si?. 
Volvieron a recuperar la dirección de la charla. Volvió el tono ameno. 
Se prometieron verse cuando ella viajara para Punta del Este, y ambos sabían que ese momento seria decisivo para ellos…




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