lunes, 28 de enero de 2013

Capitulo 26


Mt: como estas? 
Cr: todo bien y vos? 
Mt: muy bien.. que hacías? 
Cr: nada, ahora me iba un rato a playa… a caminar un poco… 
Mt: está bien… como te fue anoche coki? 
Cr: oooi muy lindo no sabes! Estuvo lleno! Es súper emocionante vivir eso todas las noches. 
Mt: ja, me alegro mucho. Te mereces todo eso y mucho más. 
Cr: ja, gracias. Y vos? Que has estado haciendo? 
Mt: nada, anoche salimos a Tequila con las mica y cande, y unos amigos. Pero tranquilo. No me sentía muy bien asique me volví temprano. 
Cr: aaaammm que te vas a volver temprano vos! 
Mt: ja, no , enserio. No sé, me dolía la cabeza asique me vine. 
Cr: ah, ah, ta bien,… 
Mt: y ahora estamos armando un partido de futbol, asique a correr un poco… 


Y así, siguieron conversando unos minutos más. Mas allá de todo tipo de distancia, de tiempo que se puedan haber dado, seguían conectados. Ésta era una de las tantas charlas que tenían. Hablaban todos los días. Se contaban todo. Ella le contaba todo lo que le pasaba, quien a atacaba, etc. era una forma de “acusarle” como la atacaban. Sabía que él siempre la apoyaba y tenia palabras de aliento para con ella… 


Pasaron dos días y una tarde Coki recibió un llamado de Marcelo, el cual no había alcanzado a contestar. Por lo cual, escuchó el mensaje de voz, en el que Marcelo le decía que necesitaba hablar con ella. Que en cuanto lo escuchara, lo llamara. 
Coki obedeció, y lo llamo. 
Cr: paso algo? 
Mt: si coki… emm te tengo que decir algo 
Cr: que paso? 
Mt: no sé bien… el tema es que tal vez salga una revista… con unas fotos.. . pero no es lo que parece. Te lo digo ahora para que no te hagas la cabeza… 


Marcelo había tratado de explicarle de la mejor manera. Pero claro, había obviado la peor parte. El contenido de esas fotos. 
.. Al día siguiente, coki, haciendo un móvil, expreso, para quienes lo pudieron entender, sus verdaderos pensamientos, sus deseos, lo que esperaba. “no pierdo las esperanzas” fue la frase que diría, y la cual verdaderamente sentía. Sabía perfectamente el tiempo que le había dado a él, pero también sabía que terminado todo, estarían nuevamente juntos. Se tenía mucha fé. Su corazón se lo decía. 
El día siguió tranquilo para coki, hasta que se topó con la famosa revista, de la cual todo el país se encontraría hablando minutos después. 
Sintió una enorme punzada en el pecho, en el corazón. Qué era lo que estaba viendo?. Que alguien le explicara! No podía creerlo. Se acerco aún más, como queriendo comprobar que no era él. Pero para disgusto de Coki, confirmo lo que no quería saber. Era Marcelo. Con otra mujer. Besándose. Coki giro la cabeza instintivamente. No quería mirarla. No quería ver esas imágenes. Le hacían mal. Se daba cuenta lo mal que le hacía verlo con otra mujer. 

Llegó al hotel donde se hospedaba, y se dirigió rápidamente a su habitación. Cerró la puerta para luego apoyarse en ella. No entendía nada. Lo único que sabía era que tenía unas tremendas ganas de llorar. Corrió a su cama y se tiro en ella. Necesitaba estar sola. Necesitaba llorar. Largar todas las lágrimas que venía conteniendo. 
Durante ese día, coki no salió de la habitación. 
Marcelo la había llamado. Llamada que, claramente, no había sido contestada. Comenzaba a preocuparse. Sabía que coki debía haber visto la revista. Y por lo visto no lo había tomado como él esperaba. 
Los miedos seguían apoderándose de él, necesitaba hablar con ella. Necesitaba saber que estaba bien. Bien no iba a estar, pero por lo menos escucharla. Tenía miedo de lo que pudiera hacer. Siguió insistiendo con los llamados hasta que se rindió. Era evidente que coki no quería hablar con él. Y probablemente le durara unos cuantos días…. 
Al día siguiente, coki se levanto tarde. Le costaba abrir los ojos. Sabía que era el resultado de las lágrimas de la noche anterior. Estaba agotada. Se sentía muy cansada. Se levantó. Se bañó para poder despejarse un poco. Todo lo que hacía era inútil. Seguía pensando en él. Porque? Se preguntaba… porque le había hecho eso? 
Estaba triste. Muy triste. Con un nudo en la garganta. Era la primera vez que experimentaba esa mezcla de sentimientos. La tristeza estaba superando todo tipo se emoción. Se sentía sin ganas de nada. No quería hacer nada. Y mucho menos prender la televisión. Sabía con lo que se encontraría. El sólo pensarlo la abrumaba. El pensar prender la televisión y ver esas fotos, y los rumores que empezarían a correr, generaban una tristeza enorme en ella. No quería salir a la calle. Sabía lo que le esperaría ahí también. Como “La chica que no pudo conquistar a Tinelli” la catalogarían. Si tan sólo supieran, o hubieran sabido la verdad. Pero hasta la propia coki comenzaba a dudar… 
Se llenaba de preguntas. Preguntas que no iban a tener respuesta. 
Se preguntaba si realmente la amaba, o si la había amado. 
Por qué la había engañado. 
Por qué le había mentido. 
Por su lado, Marcelo comenzó a volverse loco. Todo el mundo trataba de comunicarse con él. Miles de llamados recibía su celular. Todos queriendo la primicia, queriendo confirmarlo por boca de él, etc.. Sus amigos también llamaban. Algunos, aquellos que sabían lo de Coki, no entendían lo que pasaba. Todos llamaban. Todos menos ella. Y él sabía que no llamaría. Coki debía estar sufriendo. Y peor aún, su orgullo no le permitiría aflojar, ni querer razonar. Seguramente se había olvidado de la explicación que él le había dado. 
Ese día fue tremendo para ambos. A él lo buscaban por todos lados. Ella, repentinamente la querían en todos los programas. Sabía para que era. Jamás se prestaría para eso. 
Coki había decidido recomponerse. Decidió que no merecía ni una lágrima mas. Que no lo merecía. Había comenzado a pasar del sentimiento de la tristeza, al enfado. Se sentía engañada. Utilizada. Y no se lo permitiría. Sabía que tal vez ella la culpable de eso, porque había decidido ser mas “liberal”. Pero no se refería a eso. Era sólo darle su espacio. O tal vez ahora lo veía así. Tener que pasar por esa experiencia, en la que la engañaban, era nuevo para ella. No se lo esperaba. Si bien le había costado mucho confiar en él, no se lo esperaba. No soportaba ese nudo en la garganta, esas ganas de llorar. Trataba de entender que había pasado. Por qué lo había hecho. Si ella era la culpable. Si ella era la que había fallado. Se preguntaba si ella había hecho algo mal. Pero sabía que no. Siempre le había dado todo. Absolutamente todo. Como pareja era muy compañera, confidente, enamoradiza. Le daba todo a su pareja. Todo para que no necesite buscar algo en otra mujer. Que lo que necesitara lo pueda encontrar en ella… fue por eso que no terminaba de entender en que había fallado. 

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